No es necesario estar a la última para conocer los peligros a los que se enfrenta un niño o un adolescente con el uso de nuevas tecnologías. Basta con ver todos los días las noticias para encontrarnos con al menos una vez a la semana una que habla de casos de pornografía infantil, una red de pederastas o casos de convivencia difícil debida a lo que se ha denominado tecnodependencias.
Son muchas las bondades y beneficios de navegar por Internet, el correo electrónico, las aplicaciones de mensajería instantánea, los sms/mms, programas, videojuegos etc. pero también son altos los perjuicios y daños que pueden provocar en la educación y conducta de los jóvenes cuando se hace un uso indebido de todas estas tecnologías.
En los artículos que serán publicados en este blog se tratarán estos peligros y dependencias desde un punto de vista empírico, con aplicaciones directas sobre los posibles casos que se están dando día a día en nuestros hogares.
Si está preocupado por la salud y la educación de sus hijos ocúpese de protegerlos mientras no dispongan de esa capacidad por si mismos. "La información es poder", cuantas veces lo hemos oído, en este blog la ofreceremos y usted decidirá hasta qué nivel quiere implicarse en poner remedio a estas situaciones.
Si no conoce estos peligros o no ha oído ni visto ningún caso de los que se han hablado, la respuesta a la pregunta que da título a este post es sencilla: NADA.